En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

23 de abril de 2014

San Jorge y el Dragón

Hoy, San Jorge... San Chorche...
Nada de Sant Jordi (eso es para la rosa y el libro de los vecinos, esos que veo desde la ventana de al lado).

La leyenda de San Jorge, forjada en Oriente y difundida en Occidente de forma amplia a raíz de las Cruzadas, aúna la descripción del martirio del santo y el mito pagano de la victoria sobre el dragón, cristianizado a su vez por las fuentes medievales. La versión más antigua de la pasión del mártir es la de Pasícrates, tachada de extravagante por la Iglesia. Incluye sin embargo un dato de importancia: el martirio de San Jorge tuvo lugar el octavo día antes de las calendas de mayo a la hora sexta; es decir el 23 de abril al mediodía. Y así figura tanto en los calendarios orientales como en el romano y en el hispano-mozárabe.

La ciudad de Huesca está unida, desde época medieval, a tres santos mártires de importancia universal: san Jorge y los dos patrones de la ciudad, san Lorenzo y san Vicente. A san Jorge se le venera en muchos lugares (es el patrón, por ejemplo, de Inglaterra y Rusia). La leyenda más conocida protagonizada por san Jorge es la que lo presenta luchando y dando muerte a un dragón para salvar a una joven princesa. En nuestra ciudad existe además otra leyenda en la que san Jorge se aparece en la batalla de Alcoraz, que permitió a los aragoneses conquistar Huesca a los musulmanes.

La conquista de Huesca por el rey Pedro I de Aragón en el año 1096 es uno de los hechos más importantes de la historia de la ciudad. Con ella desapareció Wasqa, la Huesca musulmana, después de cuatro siglos de existencia, y nació una nueva ciudad, integrada en el reino de Aragón y la civilización cristiana occidental.
La toma de Huesca era la primera gran conquista del joven reino pirenaico de Aragón en su expansión hacia el sur, por lo que no es extraño que en los siglos siguientes surgieran en torno a ella distintas tradiciones y leyendas. Las más antiguas, del siglo XIII, hablan de san Victorián, del que se decía que se había aparecido al rey de Aragón antes de la batalla y que el ejército de Pedro I llevaba sus reliquias en Alcoraz.

Las crónicas del siglo XIV, como la de San Juan de la Peña, son las que relacionan a san Jorge con la batalla de Alcoraz. La leyenda es muy curiosa. Cuenta que hubo dos batallas el mismo día, en Antioquía durante la Primera Cruzada y la de Alcoraz en Huesca, y que san Jorge estuvo en las dos. En Antioquía ayudó a un cruzado alemán que se había quedado sin caballo. El santo lo subió al suyo y lo trasladó milagrosamente a Huesca. Una vez en Alcoraz, san Jorge desapareció. En cuanto al guerrero alemán, creyendo que seguía en la primera batalla, comenzó a luchar con los musulmanes, aunque no conocía ni entendía a nadie de los que estaban con él. Una vez finalizó el combate con victoria para Pedro I, el caballero de Alemania, que sabía gramática ―es decir, que hablaba latín―, consiguió comunicarse con los aragoneses y todos se dieron cuenta entonces de que se había producido un gran milagro, cuyo protagonista era san Jorge.


En 1201, Pedro II fundó la orden militar de San Jorge de Alfama en un castillo cercano a Tortosa y  Jaime I apoyó la fundación de cofradías bajo la misma advocación, como las erigidas en Huesca y Teruel en la primera mitad del siglo XIII.

Las fuentes hagiográficas recogen con variantes los terribles martirios a que San Jorge es sometido por defender su fe: atado a una rueda de cuchillos, arrojado a cal viva, sumergido en plomo ardiente, obligado a beber veneno, y finalmente, tras provocar conversiones y resurrecciones, es decapitado.
La leyenda del dragón convirtió a San Jorge en un caballero vencedor de la tiranía. La ciudad libia de Silca estaba domeñada por un terrible dragón que se ocultaba en un gran lago. El monstruo despedía un terrible hedor que infestaba todos los alrededores. Había que alimentarlo para que no fuese a reclamar su comida a la ciudad.
Llegó un momento que no hubo más alimento para el dragón que los propios habitantes de Silca, quienes debían sortearse el sacrificio.
Un día la mala suerte recayó en la hija del rey. La princesa, resignada a su destino, se disponía ya a cumplir su terrible deber, cuando apareció San Jorge. La doncella le contó la terrorífica historia y el santo caballero se enfrentó al dragón al que doblegó y entrego prisionero y moribundo a la princesa para que lo condujera a la ciudad. Cuando todos los habitantes de Silca se hubieron convertido, San Jorge mató al dragón.

Este episodio del dragón llega a Occidente desde Siria en el siglo XI por medio de los cruzados. Simbólicamente el dragón enlaza con la idea oriental, especialmente sumerial, del gran adversario, y del caos primigenio de la cosmología mesopotámica. En el texto de la Leyenda Dorada alude a la peste, a las frecuentes y mortíferas plagas medievales.

La idea de enemigo primordial, y de la lucha heroica desplegada contra él, está además en relación con todos los mitos solares del Mediterráneo oriental, y es por extensión la representación del enemigo de Cristo y su pueblo. Enlaza por tanto con la lucha de la reconquista en territorio peninsular y con el milagro de la Batalla de Alcoraz en tierras aragonesas.



Aunque no se dio una disposición canónica al respecto, puede afirmarse que San Jorge ha sido formalmente patrono de Aragón desde la Edad Media. La catedral y el concejo de Huesca, desde principios del siglo XV, por lo menos, vienen celebrando su fiesta con solemnidad litúrgica y procesión a la ermita del santo, sita en el Pueyo de Sancho (lo que aquí conocemos ahora como la Ermita de San Jorge en el cerro del mismo nombre).



Hoy es un poco más larga esta entrada pero ya que este rincón en más "mi lado más real", me apetece dar pequeños toques a mi tierra. Tanto detalle de la historia no sé, así que la he sacado de Internet, un poco de aquí y otro poco de allá.

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho este guiño a tu tierra... Es hermoso poder contar cosas así...
    Tu tierra es bella... tiene hermosos rincones y sus leyendas me chiflan, sigue contando... jajaja...

    Muchos besinos!! :)

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  2. si te lee mi ex pareja te da un abrazo que te rompe los huesos de la alegría ! jajaja
    hermoso guiño y genial historia
    un beso pues.......

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  3. ME HA ENCANTADO ESTA ENTRADA,,, :)
    HISTORIA Y LEYENDA. :)
    UN BESAZO PURAMENTEINFIEL!!!

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  4. Me encanta esa tierra. He pasado muchos veranos por esa zona...

    Un besazo!!

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  5. Ya sabéis que aquí cabe de todo. A veces seré algo más "tostón" y otras, más liviana; pero con todo el cariño del mundo para vosotr@s. Son guiños.
    Besos.

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Sueña porque soñar es vivir y vivir es sentir...